Hongos parasitarios y saprofíticos
Los hongos que no pueden formar parte de una asociación simbiótica se alimentan de forma parasitaria o bien saprofítica. Los que viven en la madera en descomposición y en los esperdicios se ocupan de reciclar la materia orgánica muerta, completando así el ciclo del carbono y los nutrientes.
Los hongos pertenecen a un
reducido grupo de organismos capaces de descomponer
enzimáticamente la lignina y la celulosa,
convirtiéndolas en sustancias provechosas
para sí mismos y para las demás formas de vida.
Los hongos llevan a cabo más del 90% del trabajo
total de descomposición de los residuos
orgánicos y un bosque que se viese privado de
sus servicios moriría ahogado por sus propios desechos. Algunos hongos parasitarios no provocan
la muerte de su huésped, aunque vivan
eternamente a sus expensas, pero también existen
parásitos oportunistas que se ceban en
plantas enfermas o debilitadas hasta su destrucción,
a consecuencia de la cual, en algunos casos, siguen viviendo de la misma planta, pero ya convertidos en saprofitas. Los parásitos se
alimentan de cualquier parte del árbol o la
planta huésped y los hongos saprofíticos pueden
alimentarse incluso de materia quemada o
momificada y de las partículas semidigeridas del estiércol.
La simbiosis entre los hongos y los árboles es bastante frágil: la contaminación. ambiental y la sequía han causado verdaderos estragos en las micorrizas (y en especial en las de los hongos superiores especializados) durante los últimos años en el Parque donde su número y diversidad se ha visto reducida de forma considerable en los 5 últimos años.